Crítica de: Delta

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Inocencia interrumpida

Existe cierto cine de la Europa del Este que tiene unas características muy marcadas y una oscura personalidad muy asentada en unos paradigmas muy concretos. “Delta” contiene todos los elementos para ser incluida en este tipo de cine, que si bien no cuenta con muchos seguidores, no pasa por alto en festivales de la categoría de Cannes donde esta película fue nominada a la Palma de Oro.

Con un desarrollo lento, de diálogos escuetos y miradas silenciosas esta producción húngara navega con precisión sobre un guión anclado sobre el delta del río Danubio; escenario apropiado para abordar toda una serie de conflictos que tienen que ver en gran medida con las miserias del alma humana y los límites que sobrepasan lo razonablemente establecido.

La llegada de un desconocido joven a una aldea apartada, lejana al mundo exterior, el conocimiento de su hermana y su manera de proceder serán el caldo de cultivo de una sucesión de acontecimientos que tendrán como eje principal los sentimientos más amargos y escondidos del alma humana y que darán lugar a una explosión narrativa en triste contraste con la belleza del paisaje.

Una belleza paisajística que le servirá de excusa a Kornél Mundruczó para desarrollar una elegante sucesión de bonitas estampas, que complementarán a unos sinuosos y pausados diálogos para componer un ejercicio estilístico de aceptable factura.

Aunque en un principio todo resulta extraño, la fuerza de la costumbre consigue equilibrar una historia que poco a poco va cobrando vida propia y se aleja de tópicos banales para asentarse en unas calmadas aguas narrativas donde posteriormente la inocencia y la bondad se verán las caras con la envidia y la codicia. Una interrupción de la inocencia que será un brusco contraste con la paz de las imágenes y el devenir de la historia, pero que le dan la fuerza suficiente para componer una cruda metáfora sobre los oscuros pasajes del alma humana.

Son inevitables las referencias al cine de su compatriota Béla Tarr en la manera de afrontrar situaciones y de componer personajes y es bastante probable que estemos ya en condiciones de hablar de un cine húngaro con cierta madurez y personalidad para afrontar una nueva etapa de cine contemporáneo.

Aguas templadas y calmadas para navegar sobre el delta de un río que puede esconder alguna desagradable sorpresa final.


sergio_roma00@yahoo.es

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