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Crítica de: Air Doll

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La pureza del aire

El sensacional realizador japonés Hirokazu Koreeda nos tiene gratamente acostumbrados a un cine de categoría superior, con la clara consigna de sorprender en algunos casos y de emocionar en otros, pero siempre con un estilo tan particular como trascendente. Películas como “Nadie sabe”, “Hana” y sobre todo “Still Walking” nos indican que nos encontramos ante un director con una mirada diferente, y con un sentido de la estética poco habitual, al que le importa bien poco el marco histórico o estructural en el que desarrollar la historia, y mucho el fondo más insondable en el que quiere instalarse.

“Air Doll” es una profunda vuelta de tuerca más y un excelente muestrario de habilidades tanto en el plano cinematográfico como en el filosófico e intelectual. Koreeda nos propone un ingenioso juego al que difícilmente podemos resistirnos. A través de los ojos (y corazón) de una muñeca hinchable nos planteará adentrarnos en un extraño y particular mundo cargado de imaginación, reflexión y mucho estilo. Un mundo fantástico más propio a priori de un cuento de hadas que de un acercamiento social a alguna cuestión en concreto. Con una portentosa habilidad consigue conectar realidad con ilusión, pensamientos con sueños, y todo ello sin dejar de lado lo que a la postre es lo principal, lo trascendente: el encuentro espiritual acerca de algunos inquitenates sentimientos humanos.

El aire, como vehículo principal y necesario será el eje que hará vibrar varios mundos paralelos, y un solo punto en común. Temas como el sentimiento de culpa o desarraigo, la indiferencia social, la falta de comunicación y sobre todo la soledad en su sentido más profundo tendrán cabida en esta peculiar historia bañada de esquemas alegóricos en un complicado ejercicio de fusión informal acerca de realidades inertes.

Desde el momento en que Nozomi adquiere vida y comienza e explorar el mundo de los sentimientos la película posee una capacidad de atracción que no se verá diluida en ningún momento, y nos mantendrá atrapados hasta llegar a un espectacular y maravilloso final.

Juego, propuesta, inyección imaginativa, reflexión original: Koreeda.

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Crítica de: Kick Ass

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Carta de amor al mundo del cómic

Entre la delgada línea que separa la parodia más absurda y disparatada, y el digno homenaje reverencial respecto al cómic, "Kick Ass" se decanta con bastante fortuna por esto último, y se nos ofrece una comedia donde son tan evidentes las referencias a películas como “Kill Bill”, de donde se podría extraer algún que otro aplauso de un Tarantino poco exigente, como las referencias a películas de adolescentes como “Supersalidos”, para confluir en términos generales a una carta de amor al mundo del cómic evidenciada en casi todas sus aportaciones.

La historia en sí peca de poco original aunque se escude en algo que a nadie se le ha ocurrido y rápidamente y por fortuna entendemos que lo interesante de esta película está más bien en el desarrollo de la misma, donde nos encontramos por un lado explosivas y deslumbrantes peleas ambientadas de manera acertada con una intensa música, y por otro la sucesión de personajes que sin tener el caudal necesario de subsistir por ellos mismos, sí aportan los argumentos necesarios para ser imprescindibles en puntuales momentos de la película. Mención aparte suponen los dos personajes principales. El primero en surgir es “Kick Ass”, que arrastrará a todos los demás, y encendiendo la llama a base de disparatadas y precarias actuaciones hará arder toda una serie de acontecimientos que nos arrastrarán inevitablemente a un explosivo y abrasador acto final. El actor Aaron Johnson se enfundará un incómodo traje de neopreno verde para firmar una interpretación bastante aceptable, en la medida de sus posibilidades. El otro personaje, “Hit Girl” es sin duda alguna el más interesante y embaucador. Todo un hallazgo en cuanto a personajes de cómic se refiere y todo un acierto en cuanto a la interpretación de la joven Chloe Moretz, dándole una fuerza muy estimulante y ayudada por unas impactantes imágenes y no menos impactantes diálogos, que ya se vislumbran desde el "políticamente incorrecto" taco inicial al aparecer en su primera pelea. Hit Girl sostiene toda la trama, y es el cerebro y habilidoso brazo ejecutor de un sinfín de situaciones. Es un personaje endiabladamente divertido, e increíblemente violento que aporta el mayor esplendor a una película que se mantiene firme tanto en propósitos como en maneras.

La película es moralmente discutible en según qué aspectos y en según qué círculos conservadores, lo que llevó a la dificultad de encontrar productora para realizarla, pero en general es valiente, decidida y luminosa, siempre que se entienda el cine como un espectáculo donde los límites morales van de la mano y en paralelo con la sociedad del momento.

La aportación de Nicolas Cage sin llegar a ser destacable ayuda bastante a que la película no pierda nunca ese ligero punto de coherencia que si bien cuesta encontrarlo en diversos rincones, con su presencia consigue estructurar un hilo narrativo e interpretativo más uniforme. Lástima que su personaje carezca de gancho, porque entonces estaríamos hablando de un trío ciertamente espectacular en el mundo del cómic.

Agradable, entretenida, vistosa, divertida, y a ratos explosiva son los adjetivos que mejor definen “Kick Ass” en el inicio de lo que probablemente sea una interesante sucesión de secuelas.


sergio_roma00@yahoo.es