Crítica de: Drive

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Conductor suicida

No resulta fácil catalogar esta película que sin bien se presenta como un thriller dinámico, tampoco se puede ocultar que contiene elementos que se acercan al drama e incluso cierta introspección personal en el personaje protagonista que nos alejan de la película de acción al uso.

La estética visual y musical y esa manera de presentar al personaje (del que no conocemos su nombre) protagonizado por Ryan Gosling nos hacen ver que no estamos en absoluto ante una película usual y que ciertos matices no sólo en cuanto a la forma sino en cuanto a la elaboración de los personajes hacen que “Drive” sea un viaje intenso en una carrera sin meta pero con numerosos puntos de arranque e interesantes paradas en el camino.

Ryan Gosling al que pudimos ver hace poco tiempo en “Crazy, Stupid, Love” en un personaje radicalmente diferente, da vida en “Drive” un conductor que bien pudiera haberse sacado de un comic como perfecto antihéroe y que aunque en un inicio apenas aporta nada interesante, con el discurrir de la película y conforme se van conociendo más detalles sobre su vida, y sobre todo sobre su forma de pensar, va adquiriendo cierto interés y una ligera curiosidad por conocer sus inquietudes, especialmente las sentimentales.

Como marco casi aleatorio, pero importante, nos encontramos con interesantes momentos de acción y de suspense que bien pudieran hacernos pensar que “Drive” es una obra bastante completa, al estilo de “Antes que el diablo sepa que has muerto” de Sidney Lumet o “El club de la lucha” ( con la que encontramos ciertas similitudes estéticas) de David Fincher. Por desgracia no nos encontramos con una película que esté a esa altura a pesar de acercarse bastante, y en parte porque el guión se vuelve débil en algún que otro momento y los personajes secundarios no están a la altura de una historia de este calibre.

Nicolas Winding Refnnos nos ofrece una visión personal de gato y ratón basado en la novela de James Sallis que por momentos resulta apasionante y nos introduce en un mundo personal narrado con acierto y el necesario misterio yacente, pero se balancea en una cuerda floja donde no parece que se sienta excesivamente cómodo, derrapa en tramos donde la resolución resulta complicada y en algunas ocasiones no sabe aportar la velocidad adecuada para que el viaje no resulta excesivamente incómodo.

“Drive” es una película marcada por el incestuoso símbolo de “independiente” pero que, carente de algunos elementos fundamentales, puede que no funcione en esos círculos, y tan alejada del convencionalismo tan predecible del cine de acción que puede que tampoco le resulte sencillo presentarse en este ámbito, quedando por tanto en una tierra de nadie donde tendrá que defenderse para conquistar a unos u a otros.
Extraña, inquitante e inusual película.



sergio_roma00@yahoo.es
Twitter: @sergio_roma

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