Crítica de: Alacrán Enamorado

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Spanish History X

Si le añadimos unas gotitas del Rocky más comercial (el tercero o el cuarto), con esos entrenamientos musicalmente aderezados, un chorrito de “This is England” y evidentemente una gran cantidad de “American History X” podríamos encontrar el cocktail de intenciones y/o motivaciones que Santiago Zannou ha encontrado a la hora de realizar esta película. Y hablamos sólo de intenciones, porque “Alacrán Enamorado” se encuentra muy lejos de las películas mencionadas y si funciona (que probablemente lo hará), no será porque se trate de una gran película sobre el tema del racismo o del nazismo.

Lo primero que salta a la vista son las evidentes (y descaradas) similitudes con la extraordinaria cinta de Tony Kaye, “American History X”. Desde el cerebro intelectual que alecciona a los jóvenes protagonizado en esta ocasión por Javier Bardem, hasta el protagonista principal que en aquella ocasión gozaba de la interpretación de Edward Norton y que aquí discretamente Alex González nos traslada a un papel demasiado similar. Ambos personajes arrancan desde un nazismo convencido hacia una reflexión profunda sobre los orígenes y consecuencias de sus posturas.
El problema principal del que adolece “Alacrán Enamorado” es que es absolutamente previsible. Tenemos chico joven que evoluciona a través del boxeo, pero del que no se conocen muy bien las motivaciones exactas que le llevan a mantener una actitud inicial ni tampoco al enorme cambio que desarrolla el personaje. No falta el amor del chico, por supuesto con una joven humilde de raza negra para dar más morbo al asunto como hiciera Marc Forster en “Monster's Ball”. Y tampoco podemos olvidar los amigos sin cerebro que intentan convencer a Julián, que es como se llama el protagonista de esta película.

Una simple historia en la que Julián, al parecer ligeramente arrepentido de sus ideas nazis decide practicar el boxeo y así alejarse de malas compañías y pensamientos. En el gimnasio conoce a la chica latinoamericana que enamorará al alacrán y le llevará hacia el camino de la redención.

Además de lo previsible anteriormente mencionado, las situaciones, si bien debieran ser de suma trascendencia, resultan tan flojas que pierden en todo momento credibilidad y autenticidad, algo trascendental en la historia que se pretende contar, y en ocasiones caen por su propio peso, bien por la debilidad de los personajes creados, bien por la sencillez de la estructura fabricada.

Santiago Zannou que si bien sorprendió gratamente con su aceptable ópera prima “El Truco del Manco” en esta ocasión se ha dejado llevar por clichés y por elementos que nada tienen que ver con una reflexión profunda del nazismo en la actualidad, sino más bien con “trucos” sencillos para obtener un producto simplemente entretenido en torno al mundo del boxeo.

Trabajar con actores como Alex González y Miguel Ángel Silvestre garantizan la presencia juvenil en las salas y por supuesto la buena aunque breve interpretación de Javier Bardem en un claro apoyo a su hermano Carlos (actor, guionista y autor del libro) le dan ese toque de calidad con el que todo director quisiera contar en su película.

Aparte de una película ligeramente entretenida, no hay mucho más.


sergio_roma00@yahoo.es
@sergio_roma

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