Crítica de: Vamos a la luna

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El largo viaje a la nada

Mal concepto de los niños de hoy en día deben tener los realizadores de un producto tan flojo como el que nos ocupa si piensan que pueden divertir o aún si cabe entretener a un público infantil ávido de nuevas sensaciones pero también poco conformista en cuanto al cine de animación se refiere.

Si bien “Vamos a la Luna” está destinado a los más pequeños, el resultado es una insípida y pueril película que ni a estos entretendrá ni a mayores deslumbrará con los ya hiper anunciados efectos 3D.

Si el citado cine en 3-D comienza con semejantes moldes mejor nos quedamos con nuestra “primitiva” pero segura visión, ya que aunque los efectos destacan en un primer momento, con el paso de los minutos se vuelven conservadores, y poco atractivos, y en ningún caso espectaculares como se espera en este nuevo concepto de cine.

Por si fuera poco, la historia es tan simple y aburrida que no consigue enganchar al espectador en ningún momento, con escasísimos gags de consideración y un guión que se va evaporando entre un viaje lunar y una batalla infantil entre insectos absurdos.

Vendrán tiempos mejores, y a no mucho tardar, en que las pantallas se llenen de magníficas obras donde la 3ª dimensión adquiera un protagonismo paralelo a una gran historia. De momento, en Bélgica, lo único que han logrado es una película que se cae por el propio peso de la gravedad y que no encaja en lo que pudiéramos llamar cine de animación brillante.

Para hacer este aburrido viaje, no hubiese hecho falta ningún equipaje especial, más que una buena almohada.


sergio_roma00@yahoo.es

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