Crítica de: Jacuzzi al pasado

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Mojado viaje en el tiempo

Dentro de la larga lista de comedias americanas sin excesivas pretensiones pero con cierto gancho a la hora de conectar con el público, podríamos añadir a esta “Hot tub time machine” que llega sin hacer excesivo ruido para intentar adueñarse de un hueco donde pasar un buen rato ya supone todo un reto a tener en consideración.

El guión no podía ser más simple, y la puesta en escena más rudimentaria, dejando bien claro desde el comienzo que lo verdaderamente “importante” lo vamos a encontrar en los personajes y en un historia que nos traslada directamente al año 1986 donde se podrá vislumbrar el efecto retroactivo de una manera un tanto especial.

Sin pretender competir con “Atrapado en el tiempo” ni por supuesto “Regreso al futuro”, “Jacuzzi al pasado” explota con atrevimiento el viaje temporal para sucumbir a toda a una serie de situaciones que servirán de excusa perfecta para promover y estirar momentos divertidos.

Uno de los principales atractivos quizás esté en el reparto, donde los cuatro personajes principales encuentran en los actores Clark Duke, Craig Robinson, Rob Corddry y el más conocido John Cusack, unas piezas estupendas para encarnar unos papeles sencillos, amenos y con un nexo en común. Pero son quizás los secundarios Chevy Chase y especialmente Crispin Glover (el inolvidable George McFly de la mencionada “Regreso al futuro”) las pequeñas , pero importantes aportaciones a esta comedia sin complejos que escupirá gotas de humor con la misma facilidad con la que se irán borrando de la memoria para ocupar el distinguido trono de momentos de estricto entretenimiento informal.

La poca exigencia en cuanto al guión nos hará desvincularnos rápidamente del mismo para centrarnos simplemente en las situaciones y las interpretaciones que las desarrollan, permitiendo el disfrute plano, certero y sin contemplaciones externas de una película modesta y nada incómoda.

Sin llegar a convertirse en una desternillante comedia, ni conseguir un destacado hueco dentro de este apreciado género, el director Steve Pink consigue prácticamente lo que propone que no es ni más ni menos que obtener un resultado ameno, divertido por momentos y con ese sello auténticamente americano tan conocido en el mundo del cine. Todo lo que tiene de floja en el plano narrativo lo compensa en algún que otro momento con un determinado enfoque informal y alguna disparatada escena que nos invita a la sonrisa puntual y una cierta complicidad pasajera que nos hará pasar –en general- un rato agradable.

Un viaje en el tiempo a los años 80 al más puro estilo americano, con ligero equipaje, rudimentario transporte pero unas loables ganas de divertir manteniendo en todo momento las apariencias.

Bon voyage!!!



sergio_roma00@yahoo.es

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