Crítica de: About the Pink Sky (Sobre el Cielo Rosa)

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Adolescencia en tonos grises y rosa

No cabe duda que el cine japonés ha gozado de una excelente salud a lo largo de los años. Baste recordar nombres tan consagrados como Yasujiro Ozu, Akira Kurosawa, Hiroshi Shimizu, Sadao Yamanaka, Kenji Mizoguchi, Masaki Kobayashi o Mikio Naruse para apreciar en seguida que nos hallamos con cumbres de la historia del cine. Recientemente el cine de animación ha tomado protagonismo, con directores como Hayao Miyazaki, pero aún sobresalen artistas como Akira Kurosawa, Yôjirô Takita y sobre todo Hirokazu Koreeda para certificar que la salud sigue intacta.

Keiichi Kobayashi el joven director poco conocido de esta “About the Pink Sky (Sobre el Cielo Rosa)” comenzó con los vídeos musicales y trabajos para marcas comerciales para acabar debutando en la dirección con esta película que ganó el Festival de Gijón a la Mejor Película, y que indudablemente bebe de muchas de las fuentes anteriormente citadas, incluida la animación.

Del buen tratamiento de la cámara que Kobayashi ha cultivado, en About the Pink Sky (Sobre el Cielo Rosa) encontramos algunos referentes, en cuanto a la dirección fotográfica, con planos concretos. La película está rodada en un suave blanco y negro (a pesar del título) de estética intimista que favorece el desarrollo de una historia que de por sí comienza siendo interesante. El hallazgo de una cartera con unos miles de yenes anima a una colegiala japonesa a prestar a un amigo y a su vez a intentar averiguar al dueño de dicha cartera. Esto dará lugar a una serie de ramificaciones argumentales que si bien en un principio cuesta seguir, conforme se va desarrollando la historia va adquiriendo interés, contado todo con sutileza y tacto, y logrando que esta “teen movie” convencional vaya adquiriendo seriedad, compostura y belleza.

El blanco y negro no parece imprescindible pero resulta atractivo, y las interpretaciones adolescentes, frescas y casi espontáneas (incluso con identificables aires “anime”) ayudan a que la autenticidad de la historia se mantenga sin apenas desniveles destacables. Quizás una excesiva duración de metraje, o quizás una maniquea postura del mundo adolescente pervierten por momentos lo que es una lineal y correcta narración de una historia interesante, pero puntos culminantes y elevados como la historia del chico enfermo nos permiten identificarla en un nivel más que aceptable en líneas generales.

Los sentimientos alocados de la adolescencia efervescente. Las dudas, las equivocaciones, la espontaneidad y las sonrisas. Todo un mundo sin aparente color que irá sobrevolando al ritmo sencillo y pacífico de un utópico cielo rosa. Un cielo rosa que buscará dejar el rastro de la eterna juventud.



sergio_roma00@yahoo.es
twitter: @sergio_roma

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