Crítica de: Mátalos suavemente

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El negocio americano

Aunque esta absorbente e impactante película podría encuadrarse muy cómodamente en el género thriller y más en concreto en el entorno de las mafias, lo cierto es que en seguida nos daremos cuenta que hay algo más, algo que la hace diferente y le aporta una bala de originalidad que nos permitirá disfrutar del género de siempre y al mismo tiempo adaptar nuestras sensaciones en un sentido más crítico.

Los mismos actores (Brad Pitt, Richard Jenkins, James Gandolfini, Ray Liotta…) nos transportan velozmente a películas por todos conocidas y de muy buen gusto como “Uno de los nuestros”, “Snatch: Cerdos y Diamantes”, “Quemar Después de Leer”, “El Hombre que Nunca Estuvo Allí”, e incluso y por supuesto, la serie “Los Soprano”. A su vez, es inevitable en su estilo no recordar míticas películas como “Casino”, “Infiltrados” o los diálogos de películas de Quentin Tarantino como “Reservoir Dogs” y “Pulp Fiction”, salvando siempre y en todos los casos las distancias. Pero, como decíamos, hay algo más que hace original a esta película y a su vez le aporta algo de grandeza. Y es que sin en todas las películas mencionadas, y en otras muchas del mismo estilo la forma adquiere una importancia suprema y le da auténtica identidad a la película en este caso, habiendo un estilo muy diferenciado y muy bien tratado, existe un fondo que también adquiere una importancia destacable, tanto que a veces peca de excesivo pero que a su vez nos permite disfrutar de una película apasionante en su forma e impactante en su contenido.

Es el sentido crítico de la América profunda, el estilo de vida y una realidad política, social y económica la profundidad de la que hablamos donde la película navega en aguas turbulentas sin lugar a dudas y lo hace con valentía y con una intencionalidad que se aleja de una cuestionable posición política para fijar su objetivo en un análisis puramente conceptual acerca de un problema ubicado en USA pero en definitiva global.

Andrew Dominik firmó la estupenda “El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” también protagonizada por Brad Pitt y por tanto la expectación por su nueva película era importante. Digamos que cumple ampliamente dichas expectativas y firma una nueva y estupenda película que bebe de muchas fuentes (aunque a veces roce la imitación) y nos deja fascinantes imágenes de acción.

Dicho lo cual, no todo puede ser euforia si queremos ser exigentes con un género que lo merece, y el guión (basado en la novela de Ron Hansen) hubiese podido dar más de sí y haberse elaborado una historia más equilibrada en cuanto a momentos de acción y momentos de diálogo, siendo mejorables tanto los primeros como los segundos estando como referentes Martin Scorsese y Tarantino en ambos extremos claramente identificables. Del mismo modo, esa pretensión de análisis especialmente político de un país en permanente confrontación moral se nos queda algo corto (al margen del aluvión -a veces artificioso- de referencias en televisión y en radio) y tras aquella frase que pronuncia Jackie Cogan, el personaje de Brad Pitt “América no es un país, es un jodido negocio”, hubiésemos deseado que se hubiese extendido algo más en su reflexión a lo largo del film para lograr ese nivel fílmico que muy pocos han conseguido y que muchos ambicionan.


sergio_roma00@yahoo.es
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