Crítica de: Celda 211

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Intenso motín carcelario

Qué duda cabe que el cine español atraviesa por una fase de esplendor en cuanto al género de terror se refiere. Una estupenda generación de directores se lanza con descaro y con sello personal a la búsqueda de la reinvención del género, y de paso la posibilidad de una aventura americana que les aporte solidez internacional. No ocurre lo mismo –de momento- con géneros como el thriller, donde la película que nos ocupa supone una agradable excepción a producciones por lo general sin mucho ingenio y menos oficio.

“Celda 211” es un extraordinario thriller acerca del drama carcelario. Y lo es principalmente porque Daniel Monzón maneja el género con soltura, atrevimiento y sobre todo mucha eficiencia. Si ya en películas anteriores, como “El corazón del guerrero” o “La caja Kovak” había dado muestras sobradas de su capacidad, con esta película se consagra como un excelente cineasta, y le abre las puertas de su proyección internacional.

Toda la historia (basada en la novela de Francisco Pérez Gandul, y estupendamente adaptada por el mismo Monzón y el guionista Jorge Guerricaechevarría) transcurre alrededor de un motín carcelario, en que se verá envuelto por error un funcionario al que no le quedará otra que hacerse pasar por preso para salvar su propia vida. Monzón se servirá de esta circunstancia para analizar el instinto de supervivencia humano desde un triple enfoque. Por un lado el puramente carcelario; los presos que lucharán por conseguir reivindicaciones que les permita una subsistencia más asequible en la propia cárcel. En este sentido, tendrán como representante al que supone uno de los personajes más fascinantes de los últimos años: Malamadre. Soberbiamente interpretado por Luis Tosar, este preso será el eje principal que moverá todo en entramado carcelario y su personalidad nos conducirá a todas las posibles opciones que la película plantea. Personaje rudo, sincero, y con un mundo interior por descubrir o aventurar, junto a unos compañeros de viaje a cuál más pintoresco (gran trabajo de Carlos Bardem). Como segundo enfoque tenemos al funcionario Juan Oliver (muy bien interpretado por Alberto Ammann) que por error se verá envuelto en una situación comprometida, y que su lucha será por proteger su propia vida. Para ello tendrá que fingir, sobreactuar, sufrir y liderar con el fin de conseguir respeto, posición y alguna opción viable para acabar con ese drama personal. Finalmente y como enfoque si cabe más importante tenemos a la gente de fuera: funcionarios, policías, políticos, periodistas, etc. Todos buscando sus propios intereses, y la salvaguarda de su estatus social y laboral, derribando cualquier tipo de obstáculo que interfiera su camino. En este plano nos encontramos con un excelente elenco de actores secundarios (destacando Antonio Resines) que aportarán la misma autenticidad que la historia mantiene en todo momento.

Además de este acertado y tenaz análisis de la naturaleza humana, Monzón aprovechará también la complicada situación del funcionario protagonista, para crear en torno a él, un emotivo encaje narrativo acerca de su mujer y futuro hijo, añadiendo las necesarias páginas dramáticas a una historia que alcanza por momentos niveles de excelencia.

Por último, y no menos importante, es imprescindible señalar los dos grandes bastiones sobre los que se sustenta esta magnífica película. Y es que nada de esto tendría su excesiva relevancia, si no estuviésemos hablando de un estupendo trabajo de género con mayúsculas. Un elaborado, intenso y monumental thriller que tiene la virtud de mantener un elevado tono a lo largo de todo el metraje, y que tiene la capacidad de intensificarse sin vacuos excesos, consiguiendo llegar a una explosión fílmica final de la manera más razonable, sin restarle ni un ápice a la espectacularidad.

Mención aparte, y como segundo gran valor de la película, supone la magistral interpretación de un Luis Tosar que si ya había dejado claro su capacidad interpretativa en magníficos papeles anteriores, con este se matricula “cum lauden” con todos los honores. La transformación lograda (incluso en la voz) para conseguir otorgar credibilidad al complicado personaje de Malamadre es asombrosa, y esa maestría a la hora de ofrecernos dos caras, la bruta y la sensible, de un presidiario sin aparentes escrúpulos es sencillamente extraordinaria.

El cine español está de enhorabuena con la que probablemente sea una de las sensaciones del año, y con la que tardaremos en olvidar el número de aquella celda tan inquietante.

Impacta, sobrecoge, entretiene, conmueve e impresiona. Puro thriller, del más alto nivel.


sergio_roma00@yahoo.es

1 Cine-Comentarios:

  1. victor dijo...:

    Celda 211: "Una de las mejores cintas del año.".

    Salvo alguna que otra excepcion ;-) esta peli ha gustado bastante a los criticos de muchocine.net:

    http://www.muchocine.net/criticas/11596/Celda-211/sharp


    saludos cinefilos!

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