Crítica de: Cruzando el límite

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El internado infernal

Las relaciones entre padres e hijos adolescentes en los últimos años, donde se ha reducido considerablemente la autoridad paterna para bien o para mal, supone un verdadero problema social y todo un tormento para los padres que no son capaces de atajar una situación que en numerosas ocasiones se les va de las manos. La psicología se perfila como una de las soluciones, pero la imaginación del guionista Pere Saballs i Nadal nos propone otra opción en esta extraña película que navega entre dos aguas y que no termina de llegar a puerto seguro en ningún momento.

Partiendo de este conflicto social, Xavi Giménez dirige esta película que juega a estirar los extremos, maneja la esencia de la extraordinaria novela de Aldous Huxley “Un mundo feliz” en su versión de adoctrinamiento juvenil llevándolo a la exaltación violenta, pero no se maneja con soltura en este ambiente, y peca de poca solidez y escasa credibilidad en sus planteamientos más importantes.

En esta ocasión, padre que tiene que terciar con rebelde sin causa se encuentra con la posibilidad de internarlo en un centro de modificación de conducta con unos métodos reprobables y unos resultados más que dudosos como no podía ser de otra forma.

Ni las buenas interpretaciones de Marcel Borrás y Adolfo Fernández como padre e hijo consiguen levantar mínimamente un argumento que se plantea inicialmente como atractivo y que deriva en una historia que no sabe encajar como debiera la parte extrema con la parte más íntima, y donde las historias paralelas (especialmente esa edulcorada relación de infidelidad) resultan nada interesantes y alejadas en todo momento del clima resultante.

La música realizada por Macaco es el mayor acierto de la película y sabe perfectamente adaptarse a esta historia aunque la misma no consiga la estabilidad suficiente como para atraer a un espectador que nada más sentarse en la butaca siente como le están hipnotizando y se encuentra predispuesto a disfrutar con una historia arrebatadora.

Si la reciente película francesa “LOL” fracasaba por ser extremadamente superficial, “Yellow” (así se titula en su proyección internacional) no funciona por no saber plantear una realidad social con una ficción exagerada en un plano de equilibrio necesario y no conseguido.

“Cruzando el límite” nos deja eso sí una buena escena final de dialogo abrupto entre padre e hijo que bien merece la pena destacar dentro de un film que en todo caso puede resultar curioso en algunos aspectos morales y en algún planteamiento estético.


sergio_roma00@yahoo.es

1 Cine-Comentarios:

  1. Emilio dijo...:

    Yo fui el día del estrenos a ver la película, y a mi personalmente me gusto muchísimo, vale que no soy un experto en cine, pero como aficionado, tengo que decir que la película es muy entretenida, el argumento es bueno y los actores cumplen muy bien. Sinceramente disfrute de la película en el cine.

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