Las estaciones del año
En muchas ocasiones en la extrema sencillez es donde encontramos los mayores valores de brillantez narrativa y cinematográfica. O sucede también, que lo que a veces viene disfrazado de sencillez no es sino un ejemplo de coherencia y gran labor compositiva con unos moldes precisos y sobre todo las ideas muy claras.
Mike Leigh pertenece a esa rara y casi extinta clase de autores cinematográficos de los que se espera muy poco, de los que aparecen cada año sin hacer ruido, pero de los que casi con toda seguridad nos ofrecen planteamientos alternativos que pudieran parecer convencionales, pero que encierran todo un universo de sensaciones dramáticas y de argumentos atractivos.
En esta ocasión se recurre a varios aspectos fundamentales en la vida de cualquier persona, como la familia, la amistad, la nueva vida, la muerte previsible, la soledad, el cariño, la rutina, etc. Y todo ello desde el enfoque principal de una familia tradicional, una pareja que a pesar de los años mantienen viva la llama de la complicidad y el cariño, y a cuyo alrededor girarán una serie de personajes quizás más complejos y en todos los casos con vidas más incómodas, en un marco narrado originalmente a través de las cuatro estaciones que componen un año cualquiera en las vidas de dichos personajes.
“Another year”, al igual que ocurriese con la sensacional “Secretos y Mentiras” supone para Leigh un elevado salto de calidad respecto a su ya de por sí brillante filmografía. Aquí tenemos conjugados muchos de los aspectos fundamentales que caracterizan su particular cine en un tono más elevado del habitual, y al igual que cineastas como Ken Loach, o los hermanos Dardenne ha sabido labrar un personal, coherente y sobre todo honesto camino sin necesidad de recurrir a falsos dramatismos, exageradas denuncias y aburridos planteamientos filosóficos.
Leigh se arropa de intérpretes consagrados y de plena confianza, con los que ha trabajado en otras películas (Jim Broadbent, Lesley Manville, Ruth Sheen) para modelar unos personajes que parecen no contar con un guión milimetrado, ofreciéndonos unos magníficos diálogos cargados de sensibilidad, deliciosa realidad cotidiana y profunda capacidad empática con el espectador lo que confiere a la historia una complicidad que se agradece y que se incrementa conforme van pasando los minutos logrando que la historia sea tan real que apenas divisemos rasgos de extraña ficción comercial.
Es un conjunto homogéneo, sincero y muy compacto lo que hacen de “Another year” una excelente película, un acertado análisis de las relaciones personales en un mundo contemporáneo quizás demasiado distante y un firme candidato a ser una de las películas del año sin necesidad de recurrir a grandes promociones que dinamiten su extremada autenticidad.
sergio_roma00@yahoo.es
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