La humanidad en peligro
No cabe duda que el 11-S supuso un antes y un después en muchos aspectos ligados a la globalización, especialmente sociales. La paranoia colectiva en parte creada por los gobiernos, en parte por intereses oscuros de empresas y en parte por los propios ciudadanos ha provocado que vivamos en un mundo en continua tensión ante acontecimientos que tienen que ver con la seguridad y también con la salud. En este último sentido es en el que se centra Steven Soderbergh para tejer un entramado bastante sencillo pero enormemente visual, entretenido y dinámico.
Un fundido negro, y el ruido de una mujer tosiendo es el primer “regalo” que nos hace Soderbergh para que nos vayamos preparando y para que consigamos que con posterioridad cualquier tosido nos resulte inquietante y a veces angustioso. El tosido procede de Beth (Gwyneth Paltrow) una ciudadana corriente que por motivos laborales realiza un largo viaje y parece haberse resfriado. Soderbergh se encarga, con mucho acierto, de mostrarnos historias paralelas que encajan a la perfección en la historia global, en un extraordinario trabajo de montaje y siempre ayudado por una excelente banda sonora a cargo de Cliff Martinez que añade el dinamismo necesario y el punto de tensión imprescindible para que la película siempre mantenga un elevado nivel.
Podríamos dividir “Contagio” en tres bloques fundamentales que se complementan: en primer lugar, y una vez descubierto que la humanidad se halla ante la amenaza de un virus que podría destruirla, tenemos a toda la plana de científicos intentando el correspondiente y necesario cultivo para poder conseguir la vacuna. En este bloque destacan las interpretaciones de Jennifer Ehle y de Laurence Fishburne en una auténtica carrera contrarreloj por conseguir la vacuna que termine con la pesadilla. Este bloque no estará exento de la correspondiente polémica que genera el existir intereses particulares y en muchas ocasiones sucios. En segundo lugar tenemos las repercusiones sociales que esto genera, que si bien las conocemos perfectamente cada vez que ha ocurrido en la vida real algo similar, en “Contagio” se nos muestra más acentuado, donde tampoco se esconde la tímida denuncia a las empresas farmacéuticas, medios de comunicación y demás elementos sociales. En este sentido Jude Law, que al principio comienza siendo un interesante blogger y periodista freelance, acaba convirtiéndose en una caricatura de periodista conflictivo y finaliza siendo el actor más perjudicado por un desacertado papel. Por último tenemos las historias paralelas, las vidas cotidianas, el día a día de la gente que padece las consecuencias de un virus contagioso. Estos tres bloques se estructuran de manera muy acertada, con solvencia y efectividad y consiguen una unidad con la suficiente fuerza para lograr una película más que acertada en un tema bastante complicado. La reflexión a la que nos invita Soderbergh no puede pasar inadvertida y la fragilidad del mundo global en el que vivimos actualmente queda patente de manera elegante y sin recurrir a desmanes comerciales, finales heroicos o catástrofes fuera de lugar a lo que nos tiene acostumbrados el cine apocalíptico de los últimos tiempos.
Soderbergh juega a dos bandas para lograr su sencillo objetivo. Mezcla tanto el género documental/ficción que tanto domina con ejemplos tan claros como “Traffic” y el puro thriller dinámico más cercano a Ocean´s Eleven y secuelas. Todo ello sin alejarse en absoluto de la denuncia social que tanto le satisfizo con “Erin Brockovich” consiguiendo un conjunto homogéneo y compacto aunque las historias paralelas, dramáticas, aunque correctas es el campo donde el film más flojea, y donde hubiese sido necesario más metraje para lograr un resultado más brillante. Aunque la historia de Thomas, es la más interesante con un buen trabajo de Matt Damon, y una estela interesante a cargo de Gwyneth Paltrow, todas las demás historia se quedan un tanto en la superficie con poca profundización, a pesar de contar con un extraordinario elenco de grandes actores como Kate Winslet, Marion Cotillard o John Hawkeses aparte de los ya mencionados, pero quizás el escaso tiempo, o simplemente la poca atención en ello, es lo que impide que nos hallemos ante una película redonda en todos los sentidos.
Lo que es evidente es que Soderbergh consigue básicamente lo que se propone en todas sus vertientes a través de este film, y que sin duda alguna saldremos del cine con una extraña sensación de inseguridad que nos durará unos cuantos días.
sergio_roma00@yahoo.es
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